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  • Ramiro Agustin V. T.

"Shibuya": ¿Una trampa maestra o un crucero de fortuna guiado por la casualidad?


En el bullicioso corazón de Shibuya, un reportero intrépido se adentraba en las calles el martes 11 de marzo de 2024. Con su cámara al hombro y su libreta en mano, se preparaba para capturar la esencia de la vida urbana japonesa. Mientras avanzaba por el famoso cruce, observaba el flujo constante de personas que iban y venían, cada una con su propia historia que contar.


El reportero se detenía frente al imponente escenario de Shibuya, donde turistas curiosos se maravillaban ante la energía de la ciudad. Entre el trasiego de la mañana, notaba el trajín de los trabajadores locales, decididos a cumplir con sus responsabilidades diarias. El bullicio de los autobuses y el eco de los trenes de la JR creaban una sinfonía urbana que resonaba en sus oídos.


Sin embargo, entre la multitud, el reportero divisó algo inusual: un hombre japonés de mediana edad, aparentemente alterado, simulaba llevar un arma y hacía gestos de disparar a los transeúntes. Mientras intentaba capturar la extraña escena, una joven filipina se detenía a su lado para tomarse una selfie, ajena al alboroto a su alrededor.


Estas imágenes contradictorias intrigaron al reportero, quien reflexionaba sobre las complejidades de la vida en Shibuya. Mientras continuaba su jornada, documentando cada detalle de la vida cotidiana en las calles de la ciudad, se preguntaba si Shibuya era realmente una trampa maestra donde las personas estaban atrapadas en sus rutinas, o si era más bien un crucero de suerte, donde el destino y la casualidad se entrelazaban en un baile caótico de experiencias humanas.

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